jueves, 8 de noviembre de 2012

[Huelga General 14N] Razones contra las sinrazones


Las disculpas para no hacer huelga no se sostienen

De cara a la huelga general del 14 de noviembre, habrás escuchado con toda seguridad los argumentos que algunas personas repiten como mantras para justificar su postura ante la huelga. Cuando una mentira se repite mil veces sigue siendo una mentira, aunque a base de repetirla haya quien se la empiece a creer. Cuando alguien necesita una justificación que sabe que es falsa para disculparse por actuar de cierta forma es muy probable que esa persona no tenga la conciencia tranquila.

Si estás en contra de la reforma laboral y las medidas económico-sociales que el gobierno del PP ha tomado pero indeciso, indecisa ante la huelga general, o si has decidido no participar en ella tomando tu decisión en base a alguno de estos argumentos a lo mejor te interesa analizarlos desde otro punto de vista:

“No hago huelga porque no me lo puedo permitir”

La reforma laboral supone una rebaja generalizada de los salarios, ya que permite el descuelgue de las empresas de los Convenios provinciales, que aseguran a los y las trabajadoras de un sector productivo el mismo salario. Si no puedes permitirte dejar de ganar el sueldo de un día, menos podrás permitirte que te bajen el sueldo permanentemente, que te despidan gratis, o que si tienes 10 años trabajados en una empresa tu indemnización por despido pase a ser de 18.900 euros a 7.845, por poner un ejemplo.

Al personal que trabaja en las diferentes Administraciones no sólo les congelan el salario por tercer año consecutivo sino que les han quitado la paga extra de diciembre; para el año que viene les quitarán la mitad de los días por asuntos propios (3) y los llamados “canosos”. La paga extra viene a equivaler a 30 días y cada uno de los moscos es el equivalente a un día de salario ¿acaso esto sí te lo puedes permitir?

Acudir a tu puesto de trabajo el 14-N es (poco) pan para hoy y hambre para mañana.

“La huelga no servirá para nada”

Todas las mejoras de las y los trabajadores se han conquistado históricamente a través de la lucha. Nadie nos ha regalado nada. Lo que si está demostrado que no sirve para nada es... no hacer nada. A la pregunta de si una huelga de un día será suficiente, la respuesta es que probablemente, no. Y algunas organizaciones sindicales, como la CNT, están por extenderla a más días. En cualquier caso, no debemos olvidar el día a día y que ante cualquier medida del Gobierno ésta debe ser contestada en la calle porque es el único sitio donde tenemos la fuerza suficiente como para defender nuestros derechos.

“La huelga no soluciona nada”

La huelga no es una solución, es el instrumento de presión más poderoso que hoy por hoy las y los trabajadores tenemos a nuestro alcance para hacer valer nuestros derechos ante una agresión totalmente injustificada. Por eso quien no se adhiere a una huelga perjudica gravemente al conjunto de los y las trabajadoras, incluido a sí mismo.

Si la presión que podemos ejercer a través de una huelga no fuera tan importante ¿de dónde proviene el empeño de las y los empresarios en que los y las trabajadoras no la secunden llegando a las amenazas y coacciones, que son delito? ¿Por qué motivo los medios de comunicación afines al gobierno tratan de desprestigiar la convocatoria de huelga? ¿Por qué la patronal exige y algunos partidos se están planteando legislar para limitar -eliminar- este derecho?

Con la huelga general se paraliza el proceso productivo dejando las empresas de obtener miles de millones de euros; los bancos paralizarán sus multimillonarias transacciones y el Estado no podrá ingresar importe alguno por ese día. Por cada euro que dejas de ingresar las empresas dejan, al menos, 33 euros de ganar.

Las pérdidas que se les ocasiona por huelgas es lo que les hace recapacitar y echarse para atrás en sus planteamientos iniciales.

“No estoy de acuerdo con los sindicatos oficiales, por eso no hago huelga”.

Cierto que el sindicalismo oficial, de concertación y de despacho, es a todas luces cómplice de la situación y que, incluso, la llamada “Cumbre Social”, una de las convocantes de la huelga, parece más una puesta en escena de intereses políticos de carácter partidista que otra cosa.

Todo lo que se diga de estos sindicatos es poco y desde CNT lo hemos denunciado en múltiples ocasiones.

Cuando un Sindicato para sostenerse necesita del dinero del Estado y del Capital no sirve como instrumento de defensa de las y los trabajadores y lo que hay que hacer es darle la espalda o, quienes prefieran seguir, tratar de que cambien de actitud.

Este es el caso de ahora, la presión social de la calle, tomada por la ciudadanía y la movilización de los Sindicatos combativos, ha obligado al sindicalismo oficial a convocar una huelga para no verse desbordados.

En efecto, el sindicalismo de clase estaba en negociaciones para convocar una huelga general al margen de la llamada “Cumbre Social” y son estos y no otros los auténticos convocantes de la huelga del 14-N.

“Hay libertad, cada uno puede hacer lo que quiera: Yo quiero ir a trabajar porque si hago huelga me descuentan el salario de ese día”

No hay libertad como tal; es una libertad condicionada porque te están coaccionando con una penalización económica. La libertad es otra cosa, es no verte obligado, obligada a ceder a los chantajes de gobierno y empresarios a cambio del sueldo de un día. Renunciar a derechos laborales históricos como la negociación colectiva, el desempleo, la jubilación, la asistencia sanitaria universal o la educación gratuita por un puñado de euros es venderlos realmente barato. Todo lo que nos dejemos quitar ahora, costará mucho tiempo volver a recuperarlo.

“Los piquetes presionan a la gente, obligándola a que haga huelga. L@s trabajador@s son libres de ir a trabajar un día de huelga”

Si la libertad realmente tuviera tantos defensores nos iría bastante mejor de lo que nos va. En la mayoría de los casos quienes mantienen esa postura ocultan o defienden las coacciones y amenazas con que muchas empresas tratan de impedir a las y los trabajadores ejercer su derecho constitucional a la huelga y aceptan alegremente como algo normal que éstos se vean obligados a someterse al chantaje acudiendo a sus puestos de trabajo por miedo a perder sus empleos o el favor de sus jefes.

Los piquetes históricamente impedían que los empresarios contrataran personal para cubrir los puestos de los huelguistas y en la actualidad tratan de garantizar el derecho a huelga de aquellos que por presiones de las empresas no pueden ejercerlo. Los piquetes informativos apelan a la responsabilidad de las y los trabajadores, les informan de sus derechos, de los motivos de la huelga, y de las consecuencias negativas que tiene acudir ese día a sus puestos de trabajo. Los piquetes informativos están reconocidos legalmente, tienen y pueden ejercer su derecho a informar los días de huelga.

Recordemos además que el derecho al trabajo está reconocido en la Constitución también los días en los que no hay Huelga General aunque al gobierno no le interese lo más mínimo garantizar su cumplimiento y que también es un derecho fundamental de las y los trabajadores que ya están siendo despedidos como consecuencia de una reforma laboral injusta.

“Con las huelgas no se consigue nada” (Pero en caso de que se consiga algo, no renunciaré a ello)

Las jornadas de 8 horas diarias o 40 semanales, la prestación por desempleo, el salario mínimo, la negociación colectiva, las vacaciones pagadas, la indemnización por despido, el permiso por maternidad o cualquiera de nuestros derechos actuales son condiciones de trabajo que las y los trabajadores de hace 100 años desconocían por completo, y no se consiguieron precisamente a base de ejercer la “libertad para ir a trabajar” un día de huelga. Pese a ello no se tiene noticia de que ninguna, ningún esquirol haya renunciado a ellos. Curiosa moral esta la de criticar lo que se hace pero beneficiarse, a la vez, de ello sin rechistar.

Si se consigue hacer al gobierno rectificar y no aplicar ni la reforma laboral ni los recortes sociales y económicos que a todos y todas nos afecta y perjudica las y los esquiroles no habrán hecho nada por conseguirlo pero se beneficiarán del esfuerzo colectivo. Para ellas y ellos esto debe de tener mucha lógica, para el resto ninguna. Este parasitismo laboral convierte en insolidarios, insolidarias y egoístas a quienes lo practican y deberían preguntarse si ese es el tipo de sociedad que quieren para sus hijos e hijas, una sociedad donde nadie aporta nada por temor a que otros y otras se aprovechen del esfuerzo, creando una sociedad enferma.

“Ya, pero este gobierno tiene mayoría absoluta, la gente les ha votado y por tanto pueden hacer lo que quieran. Que yo haga huelga no cambiará nada”.

Los votos recibidos en unas elecciones no legitiman a un gobierno para lanzar un ataque tan brutal a los derechos de la mayoría de la ciudadanía. Además aspectos esenciales de la reforma laboral y del resto de medidas económico-sociales como puede ser el abaratamiento del despido y la entrega de miles de millones de euros para tapar agujeros de la banca no aparecen en el programa electoral del PP y por tanto NADIE los ha votado.

La eliminación de la paga extra de diciembre a los funcionarios, la congelación salarial para el 2013 y la merma en sus derechos (la mitad de días por asuntos propios, pérdida de salarios si coges la baja médica, aumento jornada, etc) tampoco era algo sabido.

La subida del IVA, que castiga a las personas con menos ingresos que pagan en impuestos lo mismo que el que tiene ingresos elevados, era algo que dijeron por activa y por pasiva que no sólo no iban a hacer sino que iban a bajarlos. Varios representantes de este partido negaron públicamente tanto durante la última legislatura como durante su campaña electoral que fueran a abaratar o a facilitar el despido.

La participación ciudadana en la vida política de un país no se limita a votar cada cuatro años; esta visión reduccionista de la democracia es potenciada desde muchos órganos de poder para que la gente delegue continuamente en profesionales, obviando que nadie mejor nosotros y nosotras sabemos cuales son nuestros problemas y cuales son nuestras prioridades.

“El país no está para huelgas”

Para lo que no está el país es para una reforma laboral y unos recortes sociales que no solucionarán el problema del desempleo y provocará despidos y más precariedad en los nuevos contratos,así como un empobrecimiento de la sociedad.

Para lo que no está el país es para que nuestras familias sigan perdiendo poder adquisitivo porque todo sube mientras nuestros salarios bajan.

Para lo que no está el país es para que más familias sean desahuciadas de sus casas para salvaguardar el negocio sucio de los bancos y de las inmobiliarias.

Para lo que no está el país es para que las y los trabajadores asalariados paguemos proporcionalmente más impuestos que empresarios y grandes fortunas.

Para lo que no está el país es para que las diferentes iglesias sigan sin autofinanciarse, no pague impuestos como el IBI (que las y los trabajadores sí pagamos) ni para que siga recibiendo cientos de millones de euros de las arcas públicas.

Para lo que no está el país es para que los partidos, sindicatos y patronales sigan sin auto-financiarse, no paguen impuestos como el IBI, tengan sus locales en edificios públicos, monopolicen la formación de parados (que no sirve para reciclar a los trabajadores) y sigan recibiendo cientos de millones de euros que pagamos entre todos y todas.

Para lo que no está el país es para más rescates a la banca con dinero público y ningún impuesto sobre sus actividades.

Para lo que no está el país es para recortar en investigación y despedir científicos, ni para que las y los jóvenes mejor formados tengan que irse al extranjero en busca de una oportunidad de futuro.

Para lo que no está el país es para más recortes ni más privatización de nuestra Sanidad y Educación públicas mientras el 80% de las empresas del IBEX-35 opera en paraísos fiscales.

Para lo que no está el país es para pagar visitas del Papa; aeropuertos sin aviones; circuitos de fórmula 1; proyectos fallidos de Juegos Olímpicos; estaciones de AVE sin viajeros; despliegues de tropas en Afganistán ni otros gastos militares desmesurados; tramas de corrupción y privilegios de la familia real, de políticos, de sindicalistas y de altos cargos.

El país no está para ninguna de esas cosas y la huelga general es nuestra única manera de decir BASTA YA.

El 14N... ¡¡A por todas!!

Hemos hecho un extracto del documento original para publicarlo en el blog. La versión completa se puede consultar aquí

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